
“A finales de 1969 Korda se fué al mar. Durante aproximadamente 10 años fotografió casi todo lo posible en los fondos de los mares cubanos y allí encontró una nueva fuente de estimulación creativa. El mar fue para él un reducto. En él recobró la tranquilidad y seguía siendo útil. También lograba mantenerse en forma, a la altura de sus cincuenta años…”